Formas de Transmisión
Medios de transmisión guiados
Los medios de
transmisión guiados están constituidos por cables que se encargan de la
conducción (o guiado) de las señales desde un extremo al otro. Las principales
características de los medios guiados son el tipo de conductor utilizado, la
velocidad máxima de transmisión, las distancias máximas que puede ofrecer entre
repetidores, la inmunidad frente a interferencias electromagnéticas, la
facilidad de instalación y la capacidad de soportar diferentes tecnologías de
nivel de enlace. La velocidad de transmisión depende directamente de la
distancia entre los terminales, y de si el medio se utiliza para realizar un
enlace punto a punto o un enlace multipunto. Debido a esto, los diferentes
medios de transmisión tendrán diferentes velocidades de conexión que se
adaptarán a utilizaciones dispares.
Medios de transmisión no guiados
En este tipo
de medios, la transmisión y la recepción de información se lleva a cabo de
antenas. A la hora de transmitir, la antena irradia energía electromagnética en
el medio. Por el contrario, en la recepción la antena capta las ondas
electromagnéticas del medio que la rodea.
Para las
transmisiones no guiadas, la configuración puede ser:
Direccional,
en la que la antena transmisora emite la energía electromagnética
concentrándola en un haz, por lo que las antenas emisora y receptora deben
estar alineadas; y
Omnidireccional,
en la que la radiación se hace de manera dispersa, emitiendo en todas
direcciones, pudiendo la señal ser recibida por varias antenas.
Generalmente,
cuanto mayor es la frecuencia de la señal transmitida es más factible confinar
la energía en un haz direccional.
La
transmisión de datos a través de medios no guiados añade problemas adicionales,
provocados por la reflexión que sufre la señal en los distintos obstáculos
existentes en el medio. Resultando más importante el espectro de frecuencias de
la señal transmitida que el propio medio de transmisión en sí mismo.
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